Desde que te fuiste
solo quedan los dedos llenos de tinta
y el papel en blanco...
esperando inútilmente
a la musa de los días grises
que ha decidido escapar a otras tierras
y llamé con todas mis fuerzas
pero solo respondió el silencio,
Silencio frío y amargo...
y llamé con todas mis fuerzas
pero sólo me responde el eco
de mi voz entre estos muros de piedra.
Busqué y llamé, desesperada...
pero sólo contestó el vacío.
Desde que te fuiste
sólo queda este rostro pálido,
los ojos cansados e insomnes
y el silencio amargo que sube
por las paredes de mi celda,
esperando que regreses
a llenar mis días vacíos...
esperando que se rompa
tu silencio de piedra.
Yeni Gelabert
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